Vestido de novia

Hoy, 1 de septiembre, toca la reseña de rigor del Club de lectores 2.0 a la que por una vez nos hemos enfrentado, creo, con todo éxito, a ver qué sorpresas me llevo, que nunca se sabe.

El libro elegido para este mes de vuelta al cole es, como dice el título, Vestido de novia de Pierre Lemaitre, autor celebérrimo de Nos vemos allá arriba, un libro fantástico con el que ganó el Premio Goncourt y que recomiendo encarecidamente, tanto, tanto, como recomiendo Vestido de novia, ea, que ya tenía yo ganas de recomendar con un poco de entusiasmo un autor al que he llegado por este Club de tortura lectura nuestro... Tanto lo recomiendo que si la vida me deja espero haber leído todo lo que ha escrito Lemaitre antes de que acabe el año.

Si tengo que utilizar una sensación para definir esta novela me quedo, sin dudar un segundo, con desasosiego; hacía tiempo que no leía con tanta avidez para entender qué demonios está pasando, a dónde nos quiere llevar el autor (¡ojo! no confundan el desasosiego con la angustia, la angustia es lo que me llevó a dejar El marciano -fantástico también, por cierto- hasta que vi el trailer) y es que Sophie, la protagonista de Vestido de novia, no consigue comprender qué ha ocurrido con su vida, cómo ha pasado de tener una vida perfecta, con un trabajo que le apasiona, con una pareja maravillosa, con dinero, a tener que huir porque lo que empezaron siendo pequeños descuidos como unas llaves que no aparecen o unos cambios de agenda que no recuerda haber hecho se convierten en una cagada monumental y vergonzosa en el trabajo primero y en el asesinato del niño que está cuidando en la nueva vida que tiene que crearse y que, al igual que las naderías de las llaves, la cagado monumental en el trabajo, y cómo llegó su marido a estar como está no consigue entender qué ha hecho su cabeza en esos momentos... Doy por hecho que, llegados a cierta edad, todos hemos tenido alguna vez una crisis de ausencia, o un despiste más o menos inexplicable, por lo que podemos entender cómo empezó y vivir con desasosiego a dónde acaban conduciendo a Sophie esos momentos en blanco.

La novela tiene tres partes, pero no abundaré más en el argumento para no desvelar detalles esenciales de la trama, sólo puedo decir que es tan retorcida como creíble, sobre todo en la creación de los espacios en blanco que Sophie va teniendo, en cómo se va sumiendo en su depresión, en cómo escapa y en como, a pesar de lo que sabemos de ella ¡asesina a un pobre niño!, sentimos una empatía tal que queremos que escape, que consiga recuperar la cordura y pueda volver a explicarse el mundo... y hay que ser un genio usando palabras para que el lector a la vista de lo chalada que está quiera protegerla en vez de meterla en una habitación acolchada.

Todos necesitamos que el mundo tenga sentido, y lo que Lemaitre nos quita, Lemaitre nos da.

Pueden, como de costumbre, leer el resto de reseñas en los espacios habituales y creo (repito: creo) que tenemos un pleno de buenas críticas, ¡aunque con este Club nunca se sabe!: Carmen, Desgraciaíto, Newland.

Nos vemos en quince días (o quizá antes, que Er-Murazor está empeñado en que escriba un post sobre por qué creo que España no ha creado históricamente novelas de fantasía) con El país imaginado, de Eduardo Berti, una novela ciertamente simpática pero un poco psé de la que estoy deseando leer una reseña en concreto para ver qué tiene de fantástico... y no olviden escuchar el Podcast que tienen en la barra lateral.

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